Hablemos del “Jenten”, embarcación de vela nórdica semicabinada del año 1938, 11 años más joven que el Gipsy. Su armador, Kaspar Wansleben, lo trajo a los astilleros de la Fundación después de haber estado 1 año en Puerto América, Cádiz.
¿Qué trabajos necesitaba? Un pequeño refit: cambio de color de obra muerta, renovación de barniz y puesta a punto del motor. En muchas ocasiones las embarcaciones entran en nuestra atarazana para algún trabajo sencillo pero acaban siendo reparados de problemas mucho mayores, soluciones que pueden evitar grandes tragedias y pérdidas. En el caso del “Jenten” se descubrieron problemas en la obra viva: la madera del casco estaba laminada con fibra de vidrio y resina de poliéster, tratamiento pésimo para la longevidad de la madera que había contribuido a que el agua acumulada en la sentina haya mermando la integridad y propiedades de las maderas.
A continuación un paso a paso de los trabajos en realizados hasta la fecha en el “Jenten”.
MAYO
Jenten el momento de su llegada a atarazana de la Fundación Vela Clásica de España situada en Puerto Sherry.
Se inician los trabajos de abrasión en la obra muerta. Lo primero es marcar con un punzón la línea de flotación para no perderla.
Iniciación de los trabajos para volver a pintar la obra muerta y cambiarla a color blanco. Costado de babor lijado, estribor aún sin tocar.
La masilla aplicada y a la espera de sus días de secado y curado, siempres antes de lijar.
Obra muerta lijada e imprimado a la espera de un poco de masilla para las grietas y arañazos.
Raúl y Juan, nuestro maestros carpintero.
Filtraciones de la madera a través del laminado de fibra de vidrio y resina de poliéster.
Detalle en el lastre de la orza. El casco del Jenten fue laminado años atrás, eso produce desperfectos en las tablas y en la integridad de las maderas. Empieza a sudar agua que se filtra de interior a exterior. Dentro está ocurriendo alguna reacción entre maderas y laminado. Ósmosis inversa.
La masilla aplicada. A la espera de sus días de secado y curado, siempre antes de lijar.
Obra muerta lijada e imprimada. Falta darle un poco de masilla para las grietas y arañazos.
Raúl, joven profesional de Afanas, aplicando imprimación a los metales, en esta foto sobre la hélice de bronce.
Todo listo. Los problemas en la obra viva solucionados para la temporada estival. En septiembre, el Jenten regresaría a la atarazana para solventar los graves problemas de permeabilidad.
SEPTIEMBRE
Tras el verano regreso a nuestras instalaciones para iniciar el saneado de la obra viva.
Tal y como se preveía, las zonas por donde filtraba el agua los daños eran obvios. Los carpinteros tendrían que descubrir toda la obra viva.
Vamos descubriendo las maderas y en este costado, los daños se localizan en las tablas mas bajas, las que están pegadas al lastre.
Detalle del estado de las maderas, en concreto en el codaste.
Costado opuesto, también los daños se localizan en las tablas más bajas, los trabajos a realizar serían gemelos en ambos costados.
Detalle de las tablas en su remate con el codaste.
Los barcos cuentan la historia de sus anteriores reparaciones. Las tablas afectadas ya habían sido cambiadas no hace muchos años, el barco data del 1938.
Detalle de los registros para las tuercas de los pernos de la orza. Buen estado del metal.
Se empieza a sacar el forro de tablas afectadas.
Detalle del corte en las maderas en su zona sana.
La zona a sanear va tomando forma.
Interior del barco. Las cuadernas muy finas permiten que el peso final del barco sea inferior.
Están muy juntas y reforzadas cada tres cuaderna lo cual es particular.
El resto de las tablas sanas del forro se tratan con resina epoxi, base para el resto del tratamiento que se le aplicará a la obra viva completa.
Las cuadernas también se tratan con otra resina epoxica específica para encofrados en madera.
Otra panorámica del costillar descubierto. A la espera del nuevo forro.
Nivelado de quilla y sobrequilla con masilla epoxi, para su posterior imprimado con resina también epoxi.
Maderas del codaste completamente abiertas. El esfuerzo que genera el timón a estas maderas castiga demasiado y provoca daños evidentes.
Jenten sin codaste ni forro.
Sin codaste se ve el entramado de este tipo de estructuras que a pesar del paso del tiempo siguen ofreciendo una navegación firme.
Se trazan las líneas y se ajustan los ángulos. La primera tabla del forro está en proceso.
La tabla se pega a las cuadernas, el ajuste a la roda y el codaste. El ajuste es perfecto. La tabla una vez humillada, besa las cuadernas sin esfuerzo.
Juan taladrando el nuevo codaste. Ajustando el trozo de madera de iroko (especial FVCE) a las formas que requiere para encajar perfectamente en la estructura de la quilla. Taladros para poder empernar y montar en taco del codaste.
La pieza está encajada. Nuevo codaste de iroko ajustado, encolado y empernado.
Detalle del nuevo empernado. Los viejos pernos ya cumplieron con su función.
La primera tabla ya está fijada, encolada con epoxi y tapinada. Esta primera tabla presenta en su forma final, viro y reviro.
Nuevo fondó de sentina. Falta sellar los laterales. En ese nuevo fondo sin inclinación las bombas trabajarán mejor.
Probablemente el origen del problema: al estar la madera laminada en su cara exterior, el agua que se acumulaba en el interior del barco terminando en la sentina. Si la sentina no se puede achicar por completo el agua pudre la madera del interior al exterior. Después de ver las distintas opciones, optamos por hacer un nuevo fondo de manera que así las bombas puedan apurar por completo el agua que llegue a la sentina.
Forro del costado de estribor completado. Encolado, atornillado y tapinado. A falta de calafate.
Detalle del ajuste de las tablas.
Costado de babor listo para el calafate.