GUADALMINA
Tipo: Queche de 42 pies
Diseñador: John Alden
Año: 1974
Constructor:
Lugar de botadura:
Eslora (ISO):
Manga:
Desplazamiento:
Puerto base:
Reseña del Guadalmina por Javier Gonzalo, extracto de Alfredo Goizueta, una vida en el Mar (2015)
El Guadalmina es un queche de 42 pies, construido en madera en los astilleros Carabela entre 1974 y 1975. El diseño es el número 1008–C del prestigioso diseñador naval John Alden (Boston, Massachusetts).
Con este diseño se construyeron tres barcos en todo el mundo. El primero de ellos, el Karina (1008–A), fue diseñado para un tal John Braitmayer y construido por Paul Luke de East Booth- bay (Maine, EE.UU.) en 1968. El segundo, (1008–B) fue cons- truido en Australia para Alan Baddock, de Doncaster (Victoria, Australia), a principios de los años setenta. En la actualidad, los tres siguen navegando. En 2003 se construyó un cuarto barco, pero fabricado en «plástico».
La construcción se llevó a cabo en los astilleros Carabela que, por entonces, era el mejor astillero de barcos de madera del mundo.
El sistema constructivo consistió en formar todo el armazón del barco con la roda, el codaste, cuadernas, varengas, de roble. Una vez construido el armazón, se amuebló por dentro y, posterior- mente, se formó el casco, con tres forros de madera de iroco de 15 mm cada uno, formando un casco «indestructible» de 45 mm de espesor. Se completó con cubierta de teca de Birmania, más- tiles de aluminio Proctor (Inglaterra) y motor Volvo de 70 CV.
Alfredo disfrutó plenamente del Guadalmina desde su botadura en 1975 hasta 2001, en que tuve la inmensa suerte que me fuera «donado».
Mucho tiempo después de su botadura se le hizo una importante obra de mantenimiento en 1993, en Sotogrande, a cargo de Borja Melgarejo. Más tarde, en 2001, hicimos otra gran obra, con cubierta nueva incluida y, la última, entre 2014 y 2015, cuarenta años después de su botadura.
A día de hoy, el barco goza de una magnífica salud, ya que todo funciona perfectamente. El casco y mástiles son los originales, las velas son el cuarto juego, la cocina se ha cambiado cinco veces, tiene su tercer Volvo y su famosa nevera ha sido montada por última vez en abril de 2015. Probablemente por la nevera del Guadalmina han debido de pasar cientos de miles de frescas botellas de cerveza, vino blanco, rosado, fino y manzanilla como para «hundir un barco». Asimismo, por su sentina, han pasado suficientes botellas de tinto como para dejar vacía cualquier prestigiosa bodega de La Rioja.